
¿Cómo enfrentamos los conflictos ahora que somos padres?.
En la etapa de transición a la paternidad, observamos generalmente que tanto los papás como las mamás están muy involucrados con sus hijos. Debido a su cansancio, están menos disponibles para estar con sus parejas a nivel emocional. Así se transforma esta nueva etapa en una de mucho riesgo: se registra una disminución de la satisfacción con la relación y se modifica el estilo de la misma.
En esta etapa, la pareja se enfrenta con muchísimas tareas que deben ser llevadas a cabo: el trabajo, la organización del hogar, los hijos…. El agotamiento que sienten dificulta la posibilidad de detectar y responder a las necesidades emocionales tanto de ellos mismos como del otro y olvidan momentáneamente el darse tiempo para hablar entre ellos. Así surgen pequeñas desavenencias, que sin darse cuenta se transforman en conflicto. Es en esta etapa donde aumentan los conflictos se viven con mucha hostilidad y esto repercute negativamente en la intimidad.
En su programa educativo para parejas con hijos (BBH, 2014) el Dr. J. Gottman destaca cuatro ideas para regular los conflictos:
- plantear el problema de manera cuidadosa,
- no criticar al otro,
- no caer en una actitud defensiva frente a lo que el otro dice,
- no hablar con desprecio y tampoco replegarse y distanciarse del otro como si no importara.
Para graficar lo mencionado, daremos un ejemplo:
Un padre primerizo piensa que debido a que él trabaja durante todo el día, es obvio que la madre cuide del hijo la mayor parte del tiempo, aunque él esté en la casa. Por otro lado la madre primeriza piensa y espera que cuando esté el padre es obvio que él la ayude con el cuidado del hijo, compartiendo el trabajo y acercándose a ella y al hijo. Cuando no es así ella sentirá que él se está distanciando de ambos (madre e hijo)
Tenemos aquí claramente dos visiones distinta de la situación. Si esta pareja no logra comunicarse la situación los llevará a un conflicto que los distanciará como pareja.
Sugerencias:
- Ser honestos el uno con el otro y mantener el sentido del humor.
- Escuchar las preocupaciones y necesidades de su pareja sin criticar.
- Recordar que la falta de sueño y estrés pueden hacer sentir más irritable a las personas
- Hacer un esfuerzo adicional para evitar sobrereaccionar