Nuestra biología también define cómo amamos, parte I: los exploradores
¿Sabías que nuestra personalidad es una mezcla de genes, química fetal y experiencias vitales?
La ciencia sugiere que aproximadamente el 50% de nuestra personalidad tiene que ver con variables biológicas y el amor no es una excepción, ya que cómo elegimos pareja, cómo conquistamos y por qué peleamos también está definido por nuestra biología particular.
La antropóloga Helen Fisher lleva décadas estudiando cómo la biología afecta el amor y ha descrito cuatro influencias importantes en el comportamiento amoroso de las personas. Una de ellas es la dopamina, uno de los neurotransmisores del cerebro y que en algunas personas tiene marcada presencia. Ella denomina a este tipo de personas exploradores.
¿Cómo reconocer a un explorador?
Los exploradores son personas “dopaminérgicas”, es decir, son buscadores de novedad y sensaciones, amantes de lo nuevo y los eventos de “última hora”. Son curiosos, tienen muchos intereses, son arriesgados, entusiastas, intensos, optimistas, aman la autonomía, son desinhibidos, espontáneos, sociables, mentalmente flexibles y creativos. Por otro lado se aburren fácilmente, les cuesta mirarse a sí mismos, pueden ser impredecibles y muy cambiantes, impuntuales, desorganizados, irrespetuosamente irreverentes y agresivos.
¿Cómo son las primeras citas con un explorador?
A los exploradores les gusta el placer de los sentidos y hacer cosas nuevas, por ejemplo te pueden llevar a un restaurante nuevo, a una degustación de vinos, un show de luces, a ver un cantante diferente o a una fábrica de chocolates. Son amistosos, entusiastas, se adaptan a cualquier situación nueva, pueden hacer sentir a cualquier cita muy cómodo. Además, son entretenidos para conversar, buenos para escuchar y entretenidos para hablar, te preguntan directamente cosas personales para enganchar y satisfacer su curiosidad. Responden rápidamente, se interesan, se ríen fácilmente. En general no les gusta hablar de sus sentimientos rápidamente con alguien que vienen conociendo, lo desviarán con humor. Suelen reírse de sí mismos y entretener a los demás, estar con ellos puede estar lleno de sorpresas. Como buscan libertad y variedad, suelen salir con muchas personas. Tienen bastante interés en el sexo, lo ven como algo para disfrutar pero no necesariamente unido al amor. Son muy generosos con el dinero, suelen hacer regalos y disfrutar las aventuras que el dinero puede financiar.
¿Como parejas?
En el amor son generosos, flexibles, dan muchas sorpresas, entretenidos en el sexo, creativos en los panoramas y regalos, entretenidos en el hablar. Pero como suelen ser poco reflexivos, pueden tener dificultades para mirarse a sí mismos y reconocer sus errores, o tener conversaciones más profundas. Son muy independientes y eso puede hacer sentir a su pareja que nunca logran mucha intimidad con ellos. Como no son apegados a las reglas, son muy sexuales y les gusta la novedad, pueden ser infieles. No son rencorosos en las peleas y como en general son optimistas, suelen visualizar la adversidad como una oportunidad y algo posible de resolver. Serán siempre entretenidos dado que les gusta saber muchas cosas y explorar, siempre estarán comentando acerca de cosas nuevas.
Las peleas pueden surgir porque:
Pueden ser muy displicentes con las tradiciones familiares y de la comunidad, no yendo a almuerzos de familia, navidades, rituales religiosos o ceremonias de la comunidad. Les carga sentirse “atrapados” en reglas que arruinan su autonomía y espontaneidad. La pareja puede sentirse no apoyada y sola en estos momentos.
ambién pueden ser muy arriesgados por ejemplo al conducir, con el dinero, en los deportes o con los niños, lo cual aumenta en su pareja la sensación de inseguridad. Además pueden mal interpretar la genuina preocupación de su pareja como control.
ambia continuamente los planes, a última hora quieren hacer otra cosa y esto no permite planificar con anticipación actividades.
Se pueden aburrir fácilmente y entonces exigir a su pareja que sea más entretenida para conversar, para vestirse, en la sexualidad y eso puede traer consigo una sensación de peligro y de poca estabilidad.
Claudia y Pedro
Como exploradora, a Claudia le atrajo la estabilidad, solidez y lealtad de Pedro y sentía que eso le daba mucha confianza. Por otro lado a él le gustó la pasión, vitalidad y entretención que vio en ella. Después las peleas surgieron porque él estaba cansado que ella cambiara todo a última hora, que fuera impuntual, que no quisiera almorzar con los padres los fines de semana, quebrando así una tradición familiar importante, que gastara demasiado dinero en ropa o en cambiar la decoración de la casa y que insistiera en veranear en diferentes partes en vez de ir al balneario donde siempre él fue y donde tiene a todos sus amigos. Por otro lado, ella se empezó a sentir ahogada con tanta tradición, aburrida de ir siempre a los mismos lugares y juntarse con la misma gente. Tenía una sensación de soledad porque a cada aventura que proponía, él respondía con un “pero... eso es poco práctico, o es muy caro o…” echando todo a perder. Para ella las vacaciones se transformaron en algo aburrido, él todo lo planifica, sin dejar espacio para la sorpresa. Él encuentra que ella es una niña irracional, ella que él es un viejo aburrido.
El ejemplo de Pedro y Claudia es muy común en las parejas. Lo que Claudia y Pedro necesitan es conocerse en profundidad, competencia fundamental al construir pareja, eso les permitirá aceptarse y aprovechar las diferencias que los acompañan. Ser pareja no es una puerta de entrada a un reformatorio, no nos unimos para cambiarnos, sino para complementarnos. Hay que mirar al otro con respeto y saber que esencialmente el otro es de una determinada manera y es poco probable que cambie su esencia. Es necesario no sólo aceptar en que el otro es diferente sino también resaltar cómo esa diferencia puede ser un aporte en nuestra vida.
Puedes aprovechar lo mejor de un(a) explorador(a) y gestionar lo que te cuesta, por ejemplo pedirle que te acompañe a la mitad de esas reuniones a las que “hay” que ir, las más importantes para ti y ceder generosamente en las otras. Dejar de esperar que sea tan cuidadoso(a) y tomar ese liderazgo en la relación tú. Adaptarte al estilo aventurero y seguirlo(a) algunas veces, puedes entretenerte mucho y aprender a flexibilizarte.
¿Has conocido alguna vez a un explorador o exploradora? ¿Es tu biología del tipo explorador? Sin duda nuestra forma de ser, que surge desde nuestro aspecto más físico y biológico, es un factor importante en nuestras interacciones. Al tomar consciencia de nuestra biología, podemos aprender a ser mejores parejas y vivir un amor más consciente y generoso.
Te invitamos a sacar el rótulo negativo de la conducta del otro y pensar en cómo su ser diferente puede ser un aporte para ti. Mantén tu mirada amplia porque eso que puede no gustarte, puede ser un aporte para ti, depende de donde tú decidas poner el foco.