Las relaciones son más satisfactorias cuando predomina la generosidad en vez de la justicia. La pregunta que te puedes hacer cuando le reclamas algo al otro es: ¿Estoy reclamando porque realmente no puedo hacer algo o estoy reclamando porque es injusto, que si yo estuviera solo/a lo haría sin problemas?. Si me contesto afirmativamente esto último, estoy operando desde la justicia, es decir estoy pensando que el otro/a no saque ventajas, en vez de permitir que se expresen las diferencias en habilidades, competencias, gustos, etc.
Un ejemplo puede ser alguien que no tiene ningún problema para dormirse con la televisión prendida, pero se va a quejar si el otro/a le pide que la apague; “cómo cuando tú la ves yo no te hago apagarla”.
“Uno de los daños más grandes que se les ha hecho a las parejas es la idea de que se debe ser uno.” Sylvia Campos
